«Venezuela: ensayo sobre la descomposición», la debacle explicada por un argentino
El periodista, politólogo, escritor argentino especializado en la realidad política latinoamericana, José Natanson hace una promesa muy clara al comenzar su libro «Venezuela: ensayo sobre la descomposición» (Debate, 2024). Dice que lo escribió para «entender el ‘problema venezolano’ a partir de diferentes ángulos, ponerlo en contexto, reconstruir su historia y definir su singularidad».
El texto no se queda corto en su objetivo, lo logra de forma muy amplia, producto de que no es solo un ensayo bien documentado, sino que estuvo en Venezuela para conversar directamente con la gente en Petare y Antímano, con economistas, intelectuales y vio de cerca cómo se vive en el país que entre Hugo Chávez y Nicolás Maduro tiene 26 años bajo el gobierno del chavismo.
No hay que googlear mucho para saber que Natanson (director de Le Monde Diplomatique para el cono sur) es un intelectual de izquierda y que uno de los motivos de su ensayo es explicarle a ese sector ideológico en Latinoamérica el lugar que ocupa el gobierno venezolano actual en el encuadre de las ideas progresistas: «Venezuela se ha convertido en el espantapájaros de la política latinoamericana, el caso que para la derecha resume ‘aquello que la izquierda es capaz'». Y afirma que ahora asusta más la amenaza de la «venezualización» que la vetusta «cubanización».
Natanson citó artículos académicos, entrevistó a expertos (y les pasó el borrador del libro), leyó novelas y pateó calle para tratar de darle una explicación coherente al mundo de lo que pasa en Venezuela. Salvo gazapos con alguna que otra fechas, cita o cifra, que para nada opacan el trabajo macro del texto, el periodista exhibe una precisión muy cuidada que incluso permite afirmar que el libro es un punto de partida recomendado para quienes quieran profundizar en el «problema venezolano» (incluyendo a los propios venezolanos).
Un asunto central del ensayo es que rehúye de llamar dictadura al gobierno de Maduro (al menos no una «clásica») y argumenta que se trata de un «autoritarismo caótico», un concepto que toma de Pablo Stefanoni y asegura que se trata de «un sistema en el que la voluntad autoritaria del gobierno choca contra la fragilidad del Estado y la debilidad de su burocracia, la ineficiencia y la corrupción».
En términos prácticos el gobierno de Venezuela «improvisa sin ajustarse a un modelo previamente diseñado, una hoja de ruta o un proyecto revolucionario» al tiempo que «el caos no es un accidente ni un resultado no deseado, sino la paradójica condición de posibilidad de la estabilidad política y de la vigencia del modelo autoritario».
El director de Le Monde Diplomatique para el cono sur, no defiende a Maduro (a Chávez sí, aunque no esquiva que era «algo autoritario»). Puntualiza los errores de la oposición, resalta la violación de derechos humanos basado en el informe de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michel Bachelet en 2019, habla de las economías ilícitas, la desigualdad, las burbujas de consumo, pero le resta algo de importancia a la masiva migración porque estima que no «es una rareza, ni el caso más extremo; en términos absolutos 12 millones de mexicanos viven fuera de su país y en términos relativos El Salvador ha expulsado a 25% de su población». Lo que debilita esa apreciación es que en ninguna de esas dos naciones ocurrió en tan corto tiempo como en el caso venezolano (menos de una década).
Una de las pocas falencias del texto es que no profundiza lo suficiente en la influencia de Cuba y su rol en la descomposición. Además, señala que la oposición bloqueó la renegociación de la deuda externa en 2017 (el gobierno de Maduro nunca le planteó a la Asamblea Nacional esa operación y para la fecha en que se planteó ya la Asamblea Nacional Constituyente estaba usurpando sus funciones. Lo que sí se rechazó fue anuncio de que se llevarían adelante negociones, así como el endeudamiento utilizando como garantía las acciones de Citgo que se comprometieron frente a bonistas y ante la empresa rusa Rosneft en 2016).
Otro detalle es que señala que por las sanciones «se retuvieron miles de millones de dólares en activos venezolanos en el exterior, que el gobierno podría haber vendido para enfrentar el estrangulamiento financiero». Eso es una verdad a medias, porque la evidencia muestra que para la fecha de las sanciones financieras (2017) ya Maduro había liquidado buena parte del oro monetario, había usado dinero no condicionado disponible en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y había hipotecado Citgo.
En conclusión, «Venezuela: ensayo sobre la descomposición» (Debate, 2024) es un esfuerzo ordenado y bien documentado que da un panorama de lo que está ocurriendo en el país desde 1999. Es un muy buen punto de partida para los curiosos (desde la academia o en general), los venezolanos que quieren reflexionar sobre lo que vivimos en estos 26 años y para quienes quieran tener a mano datos y procesos de la debacle chavista.