Importación de alimentos y medicinas aumentó tras las sanciones
Las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense de Donald Trump impulsaron las importaciones de alimentos y medicinas de Venezuela, de acuerdo con los hallazgos de un estudio elaborado por el centro de pensamiento Anova.
«Las sanciones de agosto 2017 están asociadas, directa o indirectamente, con un aumento y posterior estabilización de las importaciones de alimentos y medicinas», es una de las conclusiones del estudio que revisó datos mensuales de producción petrolera e importaciones básicas de medicinas y alimentos, «analizados en una ventana de 28 meses antes y después del punto de corte de inicio de las sanciones en agosto 2017», es decir, desde abril de 2015 hasta diciembre de 2020.
Hasta 2017 las sanciones estadounidenses apuntaban a individuos. En agosto de 2017 comenzaron las de tipo financiero contra la República y contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y en enero de 2019 se aplicaron las petroleras.
La firma calificó el resultado de su investigación como «contra-intuitivo» y puntualizan que «las sanciones financieras de agosto de 2017 están asociadas con un aumento en las importaciones mensuales de alimentos en el orden de $44 millones; de la misma manera, las sanciones coinciden con aumento de las importaciones mensuales de medicamentos de $21 millones».
Por otro lado, aseguran que «las sanciones coinciden con una disminución en la velocidad mensual de caída en las
importaciones de alimentos en el orden de $6,5 millones/mes, y de las importaciones de medicinas en $5,8
millones/mes».
Sanciones y liberalización de la economía
El documento, titulado «Impacto de las Sanciones Financieras Internacionales contra Venezuela: Nueva Evidencia«, concluye que las sanciones estarían asociadas con una ‘estabilización’ en el consumo externo de bienes humanitarios esenciales.
«Puede ser el caso que la asociación estadística aquí encontrada entre sanciones y disponibilidad de alimentos /medicinas no tenga carácter causal, al menos de manera directa, considerando que el inicio del evento estudiado (sanciones) coincide con otro evento que ha sido omitido del análisis: la liberalización de la economía venezolana», agrega el informe, comentando que «a partir del segundo semestre de 2017, el gobierno (de Maduro) abandonó de facto sus políticas de controles de precios y de cambio, y permitió la libre importación de bienes y servicios, lo cual probablemente impactó la trayectoria observada».
A partir de esa asociación de eventos, Anova asegura que «es posible argumentar que el cambio de orientación de políticas del gobierno, el cual finalmente desembocó en la flexibilización del entramado de controles, también fuera consecuencia inmediata del endurecimiento de las sanciones financieras contra Pdvsa. En este caso, la mayor disponibilidad externa de alimentos y medicinas, sería consecuencia de la política de sanciones, al menos de manera indirecta».
La aplicación de sanciones como medida para presionar la salida de Maduro del gobierno, es un debate abierto entre quienes le atribuyen el empeoramiento de la situación humanitaria en el país y quienes la defienden como una estrategia válida. A la luz de los argumentos está el evidente hecho de que el chavismo sigue en el poder.
Efectos sobre la producción petrolera
Otro aspecto que el estudio de Anova abarca es el efecto de las sanciones sobre la producción petrolera venezolana. Tomando como punto de análisis las sanciones financieras contra Pdvsa de agosto de 2017, concluyen que «están asociadas con una disminución de la producción mensual de petróleo de 131.000 barriles diarios al momento del corte o 6,2% de la producción de ese momento».
«Se estima (…) un incremento en la velocidad de caída de la producción mensual petrolera de unos 20.000 bd por mes después de agosto de 2017. Para poner estos resultados en perspectiva, entre 08/2017 y 12/2019 la producción petrolera venezolana cayó en 1,24 millones de bd, por lo cual, de acuerdo a la estimación de cambio de tendencia (…), las sanciones estadounidenses serían responsables de 45,2% de la caída acumulada en la producción petrolera venezolana en ese lapso», afirman.