Murió Pola Ortíz, una de las tres mujeres fundadoras de la Academia de Economía
La economista Pola Ortíz falleció este viernes, según informó la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE), una corporación de la que fue fundadora en 1984. Deja un legado clave en los estudios agrícolas y rurales en el país, que supo construir a través de sus publicaciones, en cargos públicos y desde la docencia universitaria.
Desde hace casi 40 años ocupaba el sillón 12 de la ANCE y fue una de las tres mujeres que integraron el primer grupo de académicos de esa organización, junto con Isabela Sequera Tamayo y Haydee Castillo López.
El economista y miembro correspondiente de la Academia, Miguel Ángel Santos la describió en Twitter como «autora de contribuciones pioneras en el área de economía rural e indígena en Venezuela». Mientras el experto petrolero Francisco J. Monaldi dijo de ella en la misma red social que fue «pionera economista y magnífica persona. Una vida larga, productiva y valiosa. Un ejemplo para el país».
De acuerdo con su resumen curricular, publicado en el sitio web de la ANCE, Pola Ortíz se doctoró en Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, hizo estudios de Postgrado en Economía Agrícola en las Universidades de Wisconsin y Minnesota (EEUU), se especializó en financiamiento agrícola en el Bank of America en San Francisco, Israel y Alemania.
Las aulas de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello la recibieron como profesora y la Universidad Bicentenaria de Aragua la nombró profesora honoraria, mientras, la Universidad Simón Bolívar de Colombia, le otorgó un doctorado Honoris Causa.
Pola Ortíz fue directora de la Oficina de Asuntos Agrícolas Internacionales de Venezuela durante 15 años. Asistía a las reuniones y congresos regionales y a todas las reuniones anuales de la FAO, acompañando a los ministros de agricultura de turno.
Desde la ANCE señalan también que contribuyó al fortalecimiento institucional del IESA, mediante las actividades de patrocinio financiero y otras, lo cual le mereció un homenaje de esta institución grabando su nombre en uno de los salones de estudio e investigaciones, siendo la primera mujer en obtener esa distinción en tan excelente organismo académico.