BCV tuvo un alza significativa de las reservas que no podrá usar
El Fondo Monetario Internacional (FMI) concretó la distribución de unos $650.000 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG o SDR, en inglés) el pasado 23 de agosto, lo que se tradujo en un alza en reservas internacionales de los países miembros, incluyendo las del Banco Central de Venezuela.
El monto que le correspondería a Venezuela sería de unos $5.000 millones, de acuerdo con la cuota de membresía del país en el Fondo, por lo que las Reservas Internacionales treparon de $6.202 millones a $11.280 millones. No obstante, el gobierno no tiene acceso a estos recursos debido a la disputa por la legitimidad del gobierno de Venezuela que se inició en enero de 2019.
Aunque la asignación por parte del FMI se hizo en agosto, según muestra el sitio web del organismo multilateral, no fue sino hasta el 09 de septiembre que el BCV lo mostró en las reservas.
Los DEG son un activo de reserva internacional creado por el FMI para complementar las reservas oficiales de sus países miembros. No es una moneda, pero se puede cambiar por monedas que conforman la canasta del Fondo: dólar estadounidense, euro, yuan chino, yen japonés y libra esterlina.
Para la mayoría de los países esta inyección de liquidez significará una ayuda para seguir la lucha contra la crisis económica ocasionada por la pandemia de Covid19. No obstante, Venezuela no podrá utilizar estos recursos debido a que el Fondo todavía no tiene claridad sobre el gobierno legítimo del país.
“Una nueva asignación de DEG agregaría un impulso sustancial y directo de liquidez a los países, sin aumentar la carga de la deuda. También liberaría recursos muy necesarios para que los países miembros ayuden a combatir la pandemia, incluido el apoyo a los programas de vacunación y otras medidas urgentes», dijo en una nota de prensa Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo.
Sin reconocimiento no hay dinero
«Desafortunadamente, en esta etapa, la crisis política en curso en Venezuela ha llevado a una falta de claridad en la comunidad internacional, como se refleja en la membresía del FMI, con respecto al reconocimiento oficial del gobierno de Venezuela», dijo a Economía Hoy, una fuente del organismo multilateral que prefirió mantener su nombre en reserva.
Desde 2019, cuando el jefe de la Asamblea Nacional (instalada en 2016), Juan Guaidó, se juramentó como presidente interino, los miembros del Fondo no han definido si lo reconocen a él o a Nicolás Maduro, como el legítimo mandatario del país.
Explica la fuente que «debido a esto, Venezuela no puede acceder a sus tenencias de DEG existentes y, en caso de que se asignaran nuevos DEG a Venezuela, tampoco podría utilizar esos DEG recién asignados hasta que se reconozca a un gobierno».
El gobierno de Maduro comenzó a utilizar los DEG en abril de 2015, según se puede apreciar en las estadísticas del FMI, una forma de obtener dinero para cancelar deudas comerciales, ante la caída del precio del petróleo y el consecuente derrumbe de las reservas internacionales. Desde entonces y hasta enero de 2019, el país había usado 99% de sus DEG.
La última vez que el FMI hizo una distribución de DEG fue en agosto y septiembre de 2009, como respuesta a la crisis financiera global. Venezuela incorporó esa inyección a sus reservas (unos $4.000 millones), pero no usó los DEG hasta 2015. La disminución que se aprecia en el gráfico desde 2019, corresponde al cobro de intereses por parte del FMI sobre los montos retirados.
El uso de este activo de reserva no va atado a ningún plan de estabilización, ni negociaciones con el Fondo y de hecho los países lo pueden intercambiar libremente, como lo hizo Venezuela con Brasil en 2018 para cancelar una deuda comercial.
«No es un salvavida para dictadores»
La distribución de DEG fue una opción planteada al comenzar la pandemia de Covid19, pero que encontró resistencia en la administración de Donald Trump. El voto de Estados Unidos es decisivo para avanzar y el gobierno de Joe Biden está más ganado a la idea.
El Departamento del Tesoro de EEUU envió en abril una especie de guía explicativa de las implicaciones de una emisión de este tipo, una manera de calmar a la opinión pública estadounidense ante el temor de que ello implique un esfuerzo extra del país a favor de los otros miembros del Fondo.
Entre esas aclaratorias, el Tesoro detalla que esta distribución «no es un salvavida para dictadores», en especial porque el país suele ser un comprador de DEG.
«Estados Unidos se reserva el derecho de negarse a comprar DEG de cualquier país que elijamos, incluidos aquellos bajo regímenes de sanciones estadounidenses, y estamos trabajando para coordinar con otros países para hacer lo mismo», señala la guía.
Agrega que «dado que todos los miembros del FMI reciben una asignación de DEG proporcional a su participación en la cuota, algunos países a cuyas políticas se opone Estados Unidos recibirán una asignación de DEG. Sin embargo, estos países no necesariamente podrán cambiar sus DEG por monedas fuertes. Primero, las autoridades del país deben ser reconocidas por los miembros del FMI. Entonces, el país necesitaría encontrar un país dispuesto a proporcionarles moneda fuerte a cambio de sus DEG».
Este artículo se publicó originalmente en abril de 2021, se actualizó para incorporar los datos más recientes.