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Un estudio calcula la relación entre violencia y pobreza en las parroquias de Caracas

distribución del ingreso

Caracas, Venezuela; 03 30 2019; A young man carries a 5-gallon bottle of water on his shoulders in El Valle slum, Caracas. Venezuelans now suffer a lack of water due to latest power blackouts

Afirmar que en las zonas más pobres de Caracas es más probable ser víctima de la violencia es poco novedoso, pero un estudio de Anova, Mi Convive y Monitor de Víctimas, le pone termómetro al agua tibia y por primera vez muestra la relación «entre la vulnerabilidad de las condiciones de vida de los hogares venezolanos a nivel parroquial y los casos de violencia homicida en las 32 parroquias» del Área Metropolitana de Caracas.

«Se estima que si una persona se muda de Antímano (alta vulnerabilidad socioeconómica) a La Candelaria (vulnerabilidad socioeconómica intermedia) el riesgo de sufrir un homicidio disminuye a la mitad», es una de las conclusiones que se puede extraer del análisis, según afirmó en Twitter el economista jefe de Anova, Omar Zambrano.

Y como la violencia no viene solo del lado de los delincuentes no uniformados, también analizaron la acción de los cuerpos policiales, llamada letalidad policial. Concluyen, por ejemplo, que «vivir en una parroquia como Macarao, significa estar expuesto a un riesgo de violencia letal policial siete veces superior a la de una parroquia como Leoncio Martínez del estado Miranda (Boleíta, Los Chorros, La Carlota, Sebucán… ndr)».

El estudio abarca los años 2019 y 2020, con cifras sobre los homicidios recopiladas por Monitor de Víctimas (MDV), el observatorio de violencia homicida de la ONG Mi Convive y el medio digital Runrun.es, quienes hacen un seguimiento de estas muertes debido a la ausencia de cifras oficiales públicas. En tanto, los datos sobre las condiciones de vida provienen del Índice Multidimensional de Condiciones de Vida (IMCV), calculado por ANOVA Policy Research.

Esta investigación le pone números a lo que está incorporado a la dinámica de la ciudad de Caracas desde hace décadas: quienes viven en zonas más pobres están condicionados a salir o regresar a ciertas horas a sus hogares, negación parcial de servicios como transporte, entre otras consecuencias asociadas a la conocida «peligrosidad» de sectores bien demarcados.

Eso es también parte de las conclusiones del estudio que afirma que «la violencia en la ciudad de Caracas se concentra en zonas específicas y afecta a grupos específicos. En este caso, en las parroquias más vulnerables y afectando a los caraqueños con menos recursos».

Además, el informe es un aporte desde una perspectiva de políticas públicas, e indican que «el problema de la violencia y el crimen requiere de soluciones integrales que abarquen el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los venezolanos, el acceso a oportunidades laborales dignas, servicios públicos de calidad, funcionamiento correcto del sistema de justicia y la implementación de políticas de prevención primaria, secundaria y terciaria que atiendan verdaderamente las necesidades de la población».

El informe completo se puede leer en el sitio web de Anova.

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