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Lo que dicen los datos sobre la brecha en las cifras de inflación del BCV y el OVF

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Las cifras de inflación más difundidas en Venezuela son las del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), que le tomó el relevo a la Asamblea Nacional electa en 2015 en esa tarea, y las del Banco Central de Venezuela (BCV), que son reconocidas como las oficiales y que desde el año pasado se publican con regularidad.

Desde septiembre de 2021 hasta febrero de 2022 la diferencia en la cifra de inflación entre ambas no sobrepasaba los tres puntos porcentuales, pero en marzo marcó una brecha de 9,1 puntos, la brecha más alta desde agosto de 2021.

«El BCV no tiene credibilidad. La cifra de inflación de marzo 2022 de 1,4% es un absurdo. El OVF tiene los registros de cada precio de cada producto del índice de precios. No crean esa cifra de una institución que ha escondido los datos y publica lo que le conviene», señaló en Twitter el diputado (AN 2016) José Guerra, integrante del Observatorio.

El BCV trató de darle más seriedad este mes a la publicación de los datos de inflación y por primera vez desde agosto de 2014 (casi ocho años) elaboró una nota de prensa para informar. La pieza, escueta y sin ninguna explicación de las razones del dato publicado, está titulada «El INPC continuó en marzo su tendencia a la desaceleración». No contiene datos del núcleo inflacionario o del alza de los precios por ciudades.

Una rápida comparación de los datos de ambas publicaciones muestra que lo usual es que exista una diferencia e incluso las han habido mucho mayores. Los números muestran que en 44 de 63 meses que se pueden contrastar (el OVF comenzó a publicar en enero de 2017) la cifra alterna a la oficial ha sido mayor. En otras palabras, 70% de las veces el OVF publicó un dato de inflación más alto que el informado por el BCV.

El promedio de puntos porcentuales de la brecha en los 63 meses comparables es de 21,8 puntos. Es decir, que el 9,1 de marzo está bastante por debajo de ese promedio.

Por otro lado, en agosto de 2018 se aprecia la mayor brecha con el dato del OVF 147,1 puntos por encima del ofrecido por el BCV. En tanto, en febrero de 2019, en plena hiperinflación, el dato del BCV estaba 60,7 puntos sobre el indicado por el OVF.

El BCV perdió su autonomía hace tiempo y es bien sabido que funciona enteramente supeditado al Ejecutivo, que está habilitado por Ley para esconder cifras cuando le convenga.

La clave de la brecha pues estar en los detalles metodológicos

El economista Leonardo Vera, señaló algunos aspectos técnicos acerca de por qué existe una diferencia tan grande en los datos de marzo. Aclaró que «la inflación mensual medida mes a mes, suele exhibir gran variabilidad, no sólo a lo largo de las series, sino entre grupos y sub-grupos de la cesta desde donde se construyen los índices de precios».

Aseguró en Twitter que esa es una de las razones por la que muchos países prefieren utilizar el dato anualizado. «Si se calcula así, la tasa de inflación de marzo para el OVF arrojaría 250,6%, en tanto que el BCV reportaría una tasa de 284,4%. Noten que las diferencias se reducen sustancialmente. Pero de cualquier manera sigue siendo enigmática una dispersión tan grande en la tasa mes a mes».

Vera lanza la hipótesis de que «las diferencias pueden obedecer a aspectos metodológicos» y afirma «un aspecto importante es como se levantan los precios en cada cesta. En una economía donde se marcan precios en bolívares y/o en dólares, la forma en que se asientan importa».

Sobre la forma en que se obtienen los datos, el economista señala que sobre ambas mediciones hay detalles claves que no se conocen. Cita por ejemplo, la cobertura geográfica: «Cuando el BCV era una institución no destruida y con capacidad técnica, reportaba tasas de inflación en 11 ámbitos geográficos urbanos. Hoy no sabemos. Sobre la cobertura del OVF, presumimos que debe ser limitada».

«Un aspecto crítico está en las ponderaciones asignadas a cada grupo o sub-grupo de la lista de bienes y servicios. Desde hace tiempo se sospecha que el BCV cambia discrecionalmente esos pesos, y que el grupo de bebidas y alimentos no alcohólicas recibe un peso subestimado. Pero un hecho importantísimo es que en un país que ha pasado por una hiperinflación, la estructura del consumo cambia radicalmente en aquellos hogares que han quedado empobrecidos. Ni OVF ni el BCV publica la estructura de esas ponderaciones, y no sabemos si están actualizadas», aseguró.

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