Hace casi cinco años Google lanzó un teléfono que completaba su declaración de guerra contra Apple. La empresa entraba a competir contra el iPhone en dos terrenos: hardware (Pixel) y software (Android). La presentación casi coincide con el quinto aniversario de la muerte de Steve Jobs, fundador y artífice del éxito de la empresa de la manzana mordida.
Jobs, fallecido el 5 de octubre de 2011, concentró mucho de su esfuerzo al frente de Apple en el desarrollo de dispositivos y software que revolucionaron el mercado de la telefonía móvil. En varias ocasiones manifestó su disgusto con el sistema operativo Android, creado por Google. Más bien odiaba esa creación de la empresa de búsquedas.
“Nosotros no nos hemos metido en el campo de los motores de búsqueda. Son ellos quienes han entrado en el mundo de los teléfonos. No se confundan: quieren destruir el iPhone y no vamos a permitírselo”, dijo en una reunión de trabajo en 2010, días después de la presentación del iPad, según reseña una de sus biografías escrita por Walter Isaacson (2011).
Android le recordaba a Jobs un viejo debate que se remontaba a los inicios de la revolución digital: los sistemas cerrados. Es parte del ADN de Apple elaborar dispositivos que solo funcionan con su propio software. Contrario a lo que hacía Microsoft y lo que empezó a hacer Google con su sistema operativo en 2008.
Android es el sistema operativo más utilizado del mercado porque cualquier fabricante de teléfonos inteligentes y tabletas puede usarlo, mientras el iOS es exclusivo de los dispositivos Apple.
La firma International Data Corporation (IDC) señala que para el trimestre de 20216, Android domina el mercado de smartphones con 83,8% de la torta, mientras iOS abarca un trozo de 16,2%.
Sus biógrafos coinciden en que Jobs se sentía traicionado por el nacimiento de Android, porque Eric Schmidt, presidente ejecutivo y fundador de Google, había sido ejecutivo de Apple durante el desarrollo del iPhone y amigo personal suyo. Intentó disuadir a los otros directivos de Google de persistir en su software en una reunión que incluyó gritos. Los amenazó con demandarlos si copiaban el iOS.
La confrontación llegó a los tribunales. La primera vez contra HTC, cuando la compañía taiwanesa presentó un teléfono con pantalla táctil y funciones similares al iPhone, basado en Android. Luego siguió una larga batalla legal contra Motorola y Samsung.
“Voy a destruir el Android porque es un producto robado. Estoy dispuesto a empezar una guerra termonuclear por este asunto. Están muertos de miedo, porque saben que son culpables. A excepción de su motor de búsqueda, los productos de Google son una mierda”, dijo Jobs tras presentar la demanda.
Schmidt trató de negociar un acuerdo con Jobs. Nuevamente este no retrocedió ni un milímetro en su posición: “No me interesa llegar a un acuerdo extrajudicial. No quiero su dinero. Si me ofrecieras 5.000 millones de dólares, no los aceptaría. Ya tengo mucho dinero. Lo que quiero es que dejes de utilizar nuestras ideas en el Android, eso es todo lo que quiero”.
El asunto tocaba personalmente a Jobs – como todo lo que tenía que ver con Apple – por su relación con Schmidt y por su estricta disposición de trascender con los productos de su empresa.
“Me gusta responsabilizarme de toda la experiencia del usuario. No lo hacemos para ganar dinero. Lo hacemos porque queremos crear grandes productos, y no una basura como Android”. Ese era el núcleo del su odio por el sistema de Google. Y aunque incluso Jobs era dado a que Apple se aliara con otros sistemas como Windows, con Android era absolutamente intolerante.
“Pensamos en crear un programa de música para el Android. Pusimos iTunes en Windows para vender más iPods, pero no veo la ventaja de incluir nuestra aplicación musical en este otro sistema, excepto para hacer felices a los usuarios de Android. Y yo no quiero hacer felices a los usuarios de Android”, le dijo a Isaacson.
Sin embargo, a más de una década de la salida de Android al mercado, la resolución de Jobs de acabar con ese sistema operativo no se cumplió y le costó a Apple unos $60 millones en abogados. “Steve, cuya enorme energía era una clara ventaja competitiva, había creado un pandemonio legal, que a largo plazo, no sería más que un lastre”, en opinión de otros de sus biógrafos, Brent Schlender y Rick Tetzeli.
Tampoco se ha cumplido que Android haya acabado con el iPhone, que celebra su décimo cuarto aniversario ostentado varios récords. Es el producto más exitoso de la historia de Apple (más de mil millones de unidades vendidas).
Con información del libro Steve Jobs, la biografía. Walter Isaacson (2011)
Este texto se publicó originalmente en El Interés el 5 de octubre de 2016 y se hicieron ligeras actualizaciones.