Los pobres son los que más se benefician de las remesas
Los hogares pobres son los que más se benefician de las remesas que ingresan al país, representando un complemento importante de los pocos ingresos que perciben en medio de la grave crisis económica que atraviesa Venezuela, según un informe de la consultora ANOVA titulado «Remesas, Pobreza y Distribución del Ingreso en Venezuela: ¿Qué dice la evidencia?«
«Las remesas son ‘pro-pobre’, es decir, producen, inequívocamente, una mejora en la distribución del ingreso al favorecer más a los más pobres», es una de las conclusiones a la que llega el estudio.
Los datos se basan en la Investigación Muestral de Hogares Venezolanos (IMHV), una encuesta de hogares con representatividad nacional, compuesta por una muestra estratificada de hogares entrevistados a finales de 2021.
De acuerdo con ese estudio, el 24,3% de los hogares del país recibe dinero desde el exterior, cuyo monto promedio se ubicó en 65,8 dólares. Detallan que «el monto de la remesa recibida varía grandemente de acuerdo con la posición relativa del hogar en la distribución del ingreso». Es decir, los hogares ricos reciben más que los pobres (cinco veces más).
El promedio mensual que reciben los hogares más pobres (quintil I) se ubicó en $26, mientras los más ricos (quintil V) registran $129. No obstante esta evidente disparidad en las cifras, el monto para los más pobres significa una mejora de 60% en sus ingresos mensuales.
Mayor impacto en la pobreza extrema
Una evidencia del impacto es «el cálculo del coeficiente de Gini, pre y post remesas, que cae de 0,53 a 0,51, una mejora en este indicador de desigualdad de 3% por efecto directo de las remesas».
«Desde el punto de vista de los hogares venezolanos con migrantes, las remesas ya representan -y seguirán representando- un importante complemento del ingreso familiar, con un rol creciente en el sostenimiento de su bienestar», señala el documento.
El efecto de las remesas es mucho más profundo en los hogares con pobreza extrema. De acuerdo con el estudio, la pobreza extrema en familias sin remesas es de 42%, cifra que se reduce a 19% en las familias que reciben remesas.
Estas cifras ratifican «la importancia que ha adquirido este flujo para el sostenimiento de las condiciones de vida de los hogares dejados atrás por los migrantes«.