El Observatorio del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin) registró 45,95% menos casos en 2023 que los 1.856 de 2022, un año de alta conflictividad laboral signado fundamentalmente por la aprobación del llamado instructivo Onapre, que cercenó sueldos y bonificaciones y eliminó beneficios, y la decisión (luego revertida por la presión de calle) de pagar de manera fraccionada el bono vacacional a los docentes.
Finalizó otro año y los trabajadores -más que todo de la administración pública- vieron frustradas sus aspiraciones de obtener mejoras salariales en 2023 que les permitiera hacer frente al alto costo de la vida.
“Sueldos de hambre” y “salarios de miseria” fueron algunas de las frases que se apreciaron en pancartas durante movilizaciones de calle protagonizadas por los distintos sectores, pero principalmente por Educación y Salud.
Las quejas laborales del sector público dominaron las manifestaciones de inconformidad en cada uno de los 12 meses, representando al menos 90% del total de peticiones y denuncias.
Distrito Capital y Bolívar concentraron la mayoría de los conflictos en 2023. En el mes de diciembre, el primero fue escenario de 26,09% de los reclamos y el segundo de 17,39%. Anzoátegui se ubicó tercero con 13,04% del total de casos.
De los 46 conflictos laborales contabilizados en diciembre por el Observatorio, 93,48% provino de personal del sector público. Por su parte, los sindicatos estuvieron presentes en 67,39% de las acciones realizadas en ese mes.
En el último mes de 2023, los trabajadores de la educación participaron en 36,96% de los casos contabilizados, en tanto el personal sanitario los secundó con 17,39% y los de industrias básicas estuvieron activos en 15,22% de los reclamos.
Las exigencias por un salario decente, mejores condiciones laborales y la negociación de convenciones colectivas fueron los detonantes de las protestas durante 2023, no solo de los trabajadores de la educación, sino del grueso de la población venezolana.