El bolívar se depreció 74% frente al dólar durante 2022, al cerrar la cotización oficial en Bs 17,48, según el promedio ponderado de las mesas de cambio publicado por el Banco Central de Venezuela.
La moneda venezolana experimentó así otra fuerte caída (en 2021 la depreciación fue de 76%), a pesar de los esfuerzos del gobierno a través de las intervenciones cambiarias del BCV y de la restricción del crédito bancario.
La mayor pérdida del bolívar frente al dólar en el mercado oficial ocurrió en la segunda mitad del año, pues hasta junio, la depreciación marcaba un 18%. Además, desde octubre la brecha entre la cotización en las mesas de cambio y el paralelo se fue ampliando y pasó de la casi paridad en enero a una diferencia de 9% al cierre del año.
En la región, la caída del bolívar solo es comparable con la del peso argentino, cuya depreciación en 2022 marcó 42%. Del resto hay que buscar ejemplos fuera del continente, como la lira turca, que se derrumbó 29%.
En medio de una economía donde los ciudadanos y empresas prefieren cualquier moneda excepto el bolívar, que se conserva para pequeñas transacciones o pagos de impuestos y trámites, el gobierno no pudo contener la caída a pesar de ejecutar 81 intervenciones cambiarias, la mayor cantidad desde que se implementó este mecanismo en 2019.
«Estamos en un momento crítico de que vuelva la hiperinflación debido a la política inflacionista que sigue el BCV mediante la devaluación del bolívar. Esa política ha pulverizado los salarios, pensiones y ahorros de los venezolanos. Nadie quiere bolívares sino moneda dura», señaló en un mensaje en Twitter el diputado e integrante del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Para el economista Luis Oliveros, una devaluación como la de 2022 «en cualquier parte del mundo sería una tragedia, tristemente algo así se ha vuelto costumbre en Venezuela. Razón por demás obvia para que la gente no confíe en la moneda nacional».